miércoles, octubre 18, 2006

DE DIOS, ANGELES Y LA OBLIGACIÓN DE DAR

-¡Dios no te va a tener presente, se va a olvidar de ti!- Me dijo la señora en el paradero de micro, que luego de darme una charla sobre sus problemas de salud – piernas hinchadas, problemas al corazón-, me pidió plata para tomarse una micro. Eran las 11 de la noche, yo estaba a una cuadra de mi departamento en Paseo Bulnes, y andaba con Javier, que apenas vio que la señora se acercaba a nosotros y empezaba a hablar de sus males se fue en la primera micro amarilla que pilló, y ojo que a él le gustan las Transantiago.
Y ahí quedé yo. Y la señora, que me empezó a hablar de lo mala persona que era mi pololo.
-No es mi pololo, es un amigo- le clarifiqué, y claro, no tengo pololo.
Y bueno, a ella le dio lo mismo mi aclaración. Porque él simplemente era malo, pololo o no pololo. ¿Motivo? No la había querido ayudar.
-¿Qué necesita?- le pregunté ya medio inquieta a esas alturas y aburrida de la cháchara de las enfermedades, porque todavía no decía que mierdas era lo que necesitaba.
-Plata, para la micro- me respondió. No pude pensar en otra cosa que no fuera el hehco de que me tuvo como 15 minutos escuchándola, cuando habría sido tan fácil de buenas a primeras pedirme dinero. Metí mi manito en el bolsillo y sólo encontré ciento diez pesos. Se los pasé. Pero no. Ella quería más. Y yo le expliqué que no tenía más que eso.
-Pero tu vives acá cerca, y no me quieres ayudar, y tu ¡tienes que ayudarme!- me increpó en un tono bastante poco amistoso.
- Disculpe, pero me quiero ir a dormir-le dije, lo más cortésmente que pude.
Y ahí la señora empezó en mala, mala onda a decirme burradas. Yo ya estaba harta. ¿Qué quería? ¿Qué le diera alojamiento? Y fue cuando me soltó que Dios no me iba a tener presente , por ser mala persona, por no darle a un pobre, por no ayudar, porque ése ERA mi deber.
Y me aburrí y me fui, explicándole que lo sentía, pero que no podía hacer más, y que diosito SÍ me va a tener presente.
Cuando iba caminando, pensé idiotamente que tal vez Dios se podría enojar conmigo, si es que esta señora fuese un ángel que me estaba poniendo a prueba. Y luego me dije a mi misma “si éste fuera un ángel, no me exigiría darle nada”. Y, por lo demás, Dios debe saber que existe delincuencia, entonces que no me huevee la señora. Y me fui a dormir.

1 comentario:

Barbaridad dijo...

Dios es un invento de la UDI...
asi es que no te preocupes, tienes tu pedazo de cielo ganado igual
jajajajjaja