viernes, octubre 06, 2006

DISECCIÓN DEL AHORA


ustedes cuando aman
calculan interés
y cuando se desaman
calculan otra vez

nosotros cuando amamos
es como renacer
y si nos desamamos
no la pasamos bien

M. Benedetti

Yo puedo hacerlo. Mirarte y tratar de inferir lo que cada una de tus neuronas hace cuando tus labios pronuncian palabras. Tratar de adivinar tu próximo paso e intuir lo crees que soy. Leer entre líneas lo que sientes o piensas de mí. Puedo ser obsesiva y pararme en la puerta de tu casa para ver cómo, con quién y dónde vives.
Sería un ensayo de scanner cerebral: ¿Cuánto tejido gris ocuparás pensando en mí?
Porque de ti sé muy poco. Como diría Benedetti, conozco sólo tus silencios y ni siquiera el pestillo de tu puerta. Y tú conoces muy poco de mi. Y eso es un riesgo. Muy alto, muy grande.
Para que nadie corra peligro, podríamos hacerlo al mismo tiempo: Mientras yo hago mi análisis y la proyección de riesgo con calculadora en mano, tú podrías hacer lo tuyo.
Mirarme por el rabillo del ojo. Salir conmigo con la desconfianza debajo del poncho y el arma cargada, por si acaso una bala mía te hiere.
Observar mis actitudes y hacerle un autopsia a cada palabra que te digo. Por si las dudas, te recomiendo que lleves un grabadora, para escucharla tranquilamente en tu casa, y hacer un análisis más concienzudo de mi personalidad. Puedes descubrir que soy maniática, obsesiva compulsiva, una vieja histérica, bipolar o tripolar, con demencia severa y graves rasgos de esquizofrenia.
¿Ves que se puede? Yo podría darme cuenta de que eres un maniático violador, asesino en serie, emocionalmente dependiente, machista recalcitrante y hasta de derecha!( sin duda lo peor de todo).
En cambio, podemos detenernos. Frenar tu miedo. Detener el mío y arriesgarnos sin medir la altura de la caída. Puede que haya un red debajo. Puede que tu me gustes y que te llegue a querer. Puede que yo te atraiga, y me regales tus batallas diarias. Puede que no quiera atarte a la pata de la cama. Alo mejor tampoco quieres colocarme en el mueble de trofeos. Quizá, tal vez, un día te necesite, y tú a mi. Y terminemos sumergidos en los recovecos de nuestras existencias. De a poquitos, paso a paso, beso a beso, caricia a caricia. Hasta terminar caminando por la calle agarrados de nuestras confianzas mutuas entrelezadas por los dedos de las manos. Ya sin ganas de escrutar en nadie y viviéndonos a diario. ¿ Estás seguro de que te quieres perder de esta aventura?

3 comentarios:

Barbaridad dijo...

=(


ay, el amor
ay, los menganos
yo tambien quiero que estes aqui conmigo, recorriendo las calles de esta hermosa ciudad... sin duda que tu serias una verdadera parisina, amiga mia
te quiero mas que la reconchesumadreeee!!!

Anónimo dijo...

puta que eri fina cabra cabra culiá!

Francisca Araya dijo...

Por fin pude ponerme al día con tu blog. La verdad es que en Bolivia no era nada facil meterse a Internet, no por la escasez, sino por la lentitud. Ahora estoy en Cusco y mañana me voy al Amazonas con el Jaime, jejeje, yo cacho que llego cerca del 20 a Stgo.
Puta que me gusta leerte asi, como has crecido! diría la tía mamona de siempre. Para que pides consejos si basta con que seas coherente. Yo que tu no me pierdo esta aventura.