martes, octubre 24, 2006

RAREZAS


-Eres encantadora, maravillosa, dulce y tierna- le dijo Anatolio, mientras en un arranque de sinceridad calculada, se abalanzó sobre ella y la apretó contra su cuerpo, en un profundo beso. Era el momento, no habría otro, estaba lo suficientemente ebrio para por fin, por fin atreverse a hacerlo. Y ya no quedaba nadie en la fiesta. Excepto él y ella.
Souxie Cat respondió el beso, pero porque a ella le cuesta decir que no, y más aún a Anatolio, su amigo. Estaba confundida, entre el alcohol, el cigarro, la marihuana y la ternura de él. Y entendía poco de lo que estaba pasando. Aún así, se entregó de a poquitos, lentamente. Y entre un beso por acá y la conversación tranquila y sincera del me gustas hace rato, y tú no sé, pero no entiendo nada, se fueron a dormir. A la cama de ella.
Y el la acarició despacito, y ella hizo lo suyo, y al rato ya estaba encantada con Anatolio, quien sólo la abrazó y acarició, como si fuera una animalito delicado y sublime.
Y lo que era amistad, se transformó en una promesa para Souxie Cat, que extasiada con la ternura y osadía de Anatolio, estaba casi a su entera disposición.
Y pasaron los días, y Siouxie Cat esperó su llamado. Pero él no llamó. Esperó su correo. Y él no escribió. Y un día ella le habló, pero todo se había esfumado. Anatolio fue como siempre, con su trato de siempre y cotidiano. Y ella comenzó a pensar seriamente en la posibilidad de que aquella noche nunca hubiera pasado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente...a veces realmente nos cuestionamos si hay sucesos que realmente
ocurrieron...será k no se puede esperar nada, o que toda promesa se desvanece
con el amanecer y el olvido,kizás kariño y alkohol es sólo la excusa???? Y
Anatolio..volvió???...no¡se desvaneció. Por supuesto..era lógiko